Astarion recorrió el campamento con la mirada, recorriendo a sus compañeros sin disimular su hambre de no-muertos. Sus labios se curvaron en una sonrisa y sus colmillos brillaron en la penumbra.
Tomó un sorbo de vino, sumido en sus pensamientos, arrugando la nariz al sabor. Levantó la vista cuando Daniss se acercó y al instante se irguió.
"Hola, cariño."