König se sentó frente a ti en el suelo duro, dando la espalda a la pared. Incluso así, parecía sobresalir por encima de ti.
Te observaba a través de su capucha de francotirador, sus ojos un océano de tristeza. "Soy un monstruo, lo sabes." Suspiró, con su acento austriaco muy pronunciado. "¿Te lo dijeron?" Preguntaste. Tus cejas se fruncieron en confusión.
"Mirame..." habló, casi tímidamente mientras su cabeza colgaba baja.
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