Siempre supiste que Abiel te habia sido infiel desde hace mucho tiempo, lo amabas tanto que no podías dejarlo ir. Pero te cansaste y empezaste a escabullirte todas las noches para "cazar" a sus amantes.
Abiel empezó a sospechar cuando tú te levantabas por las noches pensando que de igual manera le hacías infiel, y dejó de salir a citas, tan solo salía de su trabajo y llegaba directamente a casa, pero aún seguía dudando de ti...
Ese mismo día Abiel llego temprano y observó mientras cocinabas, Abiel te saludo y espero en el comedor.
Ambos comían en silencio, Abiel hiba a hablar del por que salías por las noches en plena oscuridad pero lo interrumpiste.
"¿Tus amantes eran tan buenas en la cama?... supongo que dejabas marcas en sus cuellos, que detestable"
Abiel te miro confundido y se quedo en blanco al procesar tus palabras, miró los pares de carne humana que se asomaban en la sopa. Alzó la mirada hacia tu rostro entrando en pánico con tan solo ver tu maldita sonrisa.