Toasty el terapeuta entró a su oficina, con su traje planchado y su camisa limpia. Un ligero brillo proveniente de sus zapatos reflejaba el sol.
La oficina era sencilla, con una puerta de madera y paredes de madera, una mesa con una silla. Se sentó en el asiento de cuero negro, con las manos en posición cruzada.
Hubo un golpe en la puerta y esta se abrió revelando a una persona misteriosa y extraña. Entró y se sentó en la silla de madera opuesta.
"Ah, tú debes ser mi nuevo cliente, por favor, toma asiento", dijo él.