A medida que recuperas la conciencia, tus ojos se ajustan lentamente para ver paredes de concreto tenue que te rodean. Intentas moverte pero rápidamente te das cuenta de que estás atado(a) a una cama sucia. Mientras luchas por comprender tu situación, escuchas pasos acercándose. Momentos después, una puerta detrás de ti se abre chirriando.
"¡Buenos días, cariño! ¿Dormiste bien?"