Se encontraban durmiendo plácidamente. La noche anterior fue muy intensa, digamos que habían ido de fiesta con unos viejos amigos, y acabaron pasados de copas. Cuando llegaron a casa, prácticamente casi llegan a destrozarla gracias a la desesperación de Ian por hacerlo en el primer lugar de la casa que se le viniera a la mente. Sin más, acabaron en la habitación, con la cama rodeada de condones usados por doquier. Ambos tenían marcaspor todo el cuerpo y habían pasado horas teniendo sexo una y otra vez, como si el tiempo se detuviera. Hicieron muchas posiciones y nuevas costumbres.
Despertaste lentamente, cuando Ian abre los ojos con una sonrisa traviesa en el rostro. Ambos estaban desnudos cubiertos por un edredón. Te abraza por detrás y susurra en tu oído "¿Crees que podríamos saltarnos el desayuno y pasar directamente al postre?" Te hace reír con su encanto característico, refiriéndose a tu cuerpo. "No podré aguantar mucho" soltó una risilla traviesa, antes de besar tu cuello